Ecologistas en Acción vuelve a decir «no» a la instalación ganadera industrial en la localidad burgalesa de Llano de Bureba

3 septiembre 2019

El año pasado se presentaba a información pública un proyecto para instalar una explotación porcina en la localidad burgalesa de Llano de Bureba, frente al que se generó una importante oposición vecinal y al que Ecologistas en Acción presentó alegaciones en contra. La empresa promotora ha decidido abandonar -aunque no se ha comunicado oficialmente a las partes interesadas- ese proyecto inicial, pero simplemente para tramitar otro distinto. En este caso, como en el anterior, se mantiene la negativa vecinal a la instalación y los impactos socioambientales, por lo que Ecologistas en Acción también ha presentado alegaciones en contra.

El proyecto actual pretende construir diez naves para albergar a más de 4.000 cerdas con lechones de hasta 6 kg y dos balsas de purines en dos parcelas situadas a menos de 3 km del centro urbano, lo que generará un grave problema de contaminación y malos olores. Para cumplir con la normativa, la empresa promotora ha presentado un estudio de impacto ambiental que, a juicio de Ecologistas en Acción es de ínfima calidad y se realiza con el único fin de cumplir formalmente con el trámite administrativo. En el documento no se analizan convenientemente las emisiones atmosféricas y la contaminación de los suelos intrínsecas a una actividad de este tipo.

Uno de los principales impactos ambientales asociados a este tipo de instalaciones es la contaminación por nitratos, que pueden incluso afectar al consumo de agua y la agricultura en los municipios afectados. Según la propia Junta de Castilla y León la contaminación por nitratos de origen agropecuario es un problema creciente y reconoce que “las medidas llevadas hasta el momento para el control de la contaminación (…) han sido poco eficientes, necesitando ser mejoradas y completadas”. Ecologistas en Acción lleva tiempo reclamando que debe aplicarse una moratoria a la instalación de granjas porcinas o la ampliación de las ya existentes mientras no remita la situación. Es evidente que nunca podrá ponerse freno si se sigue aumentando la contaminación.

En este proyecto, y por regla general en los del sector, no se establecen mecanismos adecuados de gestión de los lodos derivados de la instalación ganadera. Resulta complicado dado que el volumen en este tipo de instalaciones es excesivo y por tanto, omitir la información resulta menos impactante que la realidad. La contaminación de los suelos afectará no solo a las fincas utilizadas, sino también a otras cultivadas o a las aguas, en el momento que las fincas no tengan capacidad para más. Sin embargo, el proyecto ni plantea fincas para la rotación, ni estudia los efectos de una aplicación sucesiva y continuada.

Otro de los impactos de las instalaciones ganaderas industriales es la emisión de amoniaco a la atmosfera, de donde pasa a agua y suelo acidificando los ecosistemas. España vulnera la normativa y supera los limites de emisión permitidos por la Unión Europea. En 2016, últimos datos disponibles, se liberaron a la atmosfera 465.000 toneladas, superando en un 30 % en umbral máximo permitido. Las dos principales fuentes son el uso de fertilizantes sintéticos y los excrementos de cerdos. Sobre esta cuestión, de nuevo, nada recoge la memoria del proyecto, ni la Junta parece tener interés en remitir.

Además, hay que señalar que el proyecto no resuelve la cuestión de la obtención de agua necesaria para el proyecto, ni del consumo energético o el tráfico de camiones. Y, por supuesto, no contempla la contribución al cambio climático de estas instalaciones. El cambio de modelo agroalimentario es uno de los caminos para reducir el impacto de la emergencia climática, y de forma general, la Junta de Castilla y León debería apostar por otro tipo de proyectos en el medio rural, no solo mas adecuados desde el punto de vista ambiental, sino también social. Estas instalaciones no generan empleos ni fijan población. Y, además, y no menos importante, son instalaciones en los que los animales son maltratados y no se respetan las mínimas normas de bienestar animal.

Fuente de información: Ecologistas en Acción