62 ‘bernabeús’ llenos de estiércol de cerdo

España se ha convertido en una potencia porcina, pero sus excrementos, usados como abono, contribuyen a contaminar acuíferos y desprenden metano y amoniaco

28 junio

Cada año se crían más cerdos en España. La cabaña actual de 31 millones de marranos (la mayor de Europa tras crecer un 16% en la última década) genera 62 millones de metros cúbicos de excrementos (purines) anuales, informa el Ministerio de Agricultura. Una cantidad de estiércol que llenaría 62 estadios como el Santiago Bernabéu o 24.800 piscinas olímpicas. Tratar estos purines de una forma sostenible se ha convertido en el talón de Aquiles de una industria en expansión. España es el segundo productor de carne de porcino de Europa y el cuarto del mundo.

62 ‘bernabeús’ llenos de estiércol de cerdo

Lo más habitual es usar el purín como estiércol en los campos cercanos a las granjas, porque al contener un 90% de agua es muy voluminoso y el transporte es caro. Los principales problemas de este método son la contaminación de los acuíferos si la tierra se abona en exceso y el amoniaco que se produce al esparcir el abono regando desde cisternas. Además, los purines producen metano en las balsas donde se almacena, un gas con un efecto invernadero 20 veces mayor que el CO2, que perjudica la salud al ser irritante y acidifica los suelos. Otras soluciones, menos implantadas, pasan por convertir el purín en biogás o separar la parte sólida de la líquida para compostar.

España se enfrenta cada año al incumplimiento de los límites fijados por la UE de emisión de amoniaco, de la que es culpable la ganadería intensiva, acusa Greenpeace. En 2017 —último año con datos— este negocio provocó el 92% de las emisiones, y de ellas el 73% surgió de las granjas de porcino y el 19% de las de aves. Europa decidió prohibir a principios de 2018 esparcir los purines por el aire a los receptores de ayudas de la Política Agraria Común (PAC) para aminorar las emisiones. Nueve comunidades pidieron una prórroga para adaptarse.

Mas tiempo», reflexiona Xavier Flotats, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Cataluña que estudia la problemática de los purines desde hace 40 años. «Estamos mejor que al principio, pero no mucho», mantiene. En ocasiones tiene la sensación de estar predicando en el desierto, «aunque es verdad que hay ganaderos que están preocupados e intentan hacer las cosas bien, pero no son la mayoría». La solución, opina, sería elaborar un plan estratégico a medio y largo plazo que regular cómo debe producir el sector de forma sostenible, no solo como aplicar los purines o evitar las emisiones. “Todos dicen que es una idea muy buena, pero nadie lo hace”, ironiza.

Aragón es la comunidad con la mayor cabaña porcina de España con ocho millones de animales.  Cada maño toca a más de seis cerdos. La sigue Cataluña, líder durante muchos años hasta que se llenó. En este escenario, el rechazo a las granjas de cerdos industriales se ha extendido. Los vecinos de Banastás, un pequeño municipio a nueve kilómetros de Huesca; de los cercanos Plasencia del Monte, Chumillas y otros han constituido la plataforma Hoya Huesca Viva en lucha contra las explotaciones intensivas de cerdo. Las granjas se les están acercando impulsadas por el boom del sector que ya ha saturado comarcas cercanas. Y ellos ya tienen los acuíferos contaminados por nitratos, una suciedad que también procede del uso de plaguicidas y pesticidas en agricultura.

“Desde 2017, cuando empezaron a construir granjas en los alrededores las concentraciones subieron”, explica Cristina, miembro de la plataforma. El Ayuntamiento lo advierte en un bando del 25 de octubre de 2018: “El agua se considera no apta para el consumo”, aunque se podrá utilizar para otros usos domésticos. Al lado la causa: el nivel de nitratos alcanzó en marzo 110 miligramos por litro, más del doble de los 50 permitidos. No es la única en la zona, la plataforma vecinal Loporzano SIN ganadería intensivase formó para parar dos granjas de porcino. Este municipio aglutina a 15 núcleos de escasa población.

La situación se ha complicado en lugares que la Consejería de Desarrollo rural de Aragón considera “zonas saturadas de nitrógeno”, donde ya no hay más campo donde esparcir las deyecciones procedentes de las granjas intensivas. Albalatilla es uno de los municipios afectados. Allí vive Carlos Soplón, concejal del Partido Aragonés (PAR) y propietario de una explotación de cerdos de 750 madres (reproductoras) que al año engendran a 2.000 cerdos. En el municipio, de 800 hectáreas, se reparten seis granjas más y hay otra en construcción. Explica a la puerta de su casa que “hoy en día se empieza a tener conciencia del problema ambiental”. El cambio ocurrió cuando el Ministerio determinó que para abrir una granja se necesita justificar unas hectáreas disponibles para desprenderse del purín como fertilizante. En su caso, precisa de 70 (una hectárea equivale a un campo de fútbol). “El problema es la mala gestión, no se debería verter más si el cultivo no lo necesita”, aclara.

El Ministerio sostiene que, aunque la cantidad de estiércol que se produce es alta, todavía existe tierra que lo necesita y donde se puede gestionar. Aunque reconoce que «es posible que en algunos puntos concretos, de elevada densidad ganadera, se pueden encontrar dificultades para la gestión del purín». Además, está elaborando un proyecto de Real Decrecto con normas para disminuir el impacto ambiental en la aplicación de los purines y otros productos fertilizantes.

“Las cifras son salvajes”, apuntilla Fernando Suárez, ingeniero agrónomo y gerente de la empresa Sidema, que trata purines y construye plantas de biodigestión y recuperación de fertilizantes. “La situación es muy triste porque se puede solucionar sin necesidad de construir infraestructuras muy sofisticadas”, asegura. Considera que la fuerza macroeconómica del sector, que representa el 36,8% de la producción final ganadera, dificulta la adopción de medidas. Además, apunta a la falta de control. “El ganadero lleva un libro donde anota donde aplica el purín, pero es dificilmente controlable”, comenta.

El sector esgrime el peso económico y su capacidad para crear puestos de trabajo y fijar población en zonas muy deshabitadas. “Los primeros interesados en una buena gestión somos los ganaderos”, responde Jaume Bernis, criador de cerdos y responsable del sector en COAG. En su  granja de 1.110 madres cuenta con una instalación en la que separa la materia sólida de la líquida (más del 90% del purín es agua). “La fracción líquida se vuelve a tratar, para reducir los nitratos y la sólida se lleva a una planta de compostaje”. También existen empresas que recogen los purines y se encargan de tratarlos, y se puede ajustar la alimentación para que los excrementos contengan menos nitratos.

Miguel Ángel Higueras, director general de Anprogapor, Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino, sostiene que la producción de purín está bajo control. Además, han conseguido reducir la producción de nitrógeno por kilo de pienso y asegura que se van a empezar a cubrir las balsas donde se almacenan los excrementos, lo que evitará emisiones.

Fuente de información: El País

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Grave maltrato animal en Francia: vacas perforadas para maximizar su productividad

21 junio 2019

La ONG L214 ha pedido, a través de su página web, hacer un llamamiento a los ministros de investigación y agricultura para prohibir este tipo de experimentos zootécnicos.

La ONG animalista L214 ha denunciado el maltrato animal que tiene lugar en una granja experimental francesa. Vacas, cerdos, pollos, terneros y conejos son los más afectados. Esta granja, cuyas imágenes pueden herir la sensibilidad, llevan a cabo experimentos para desarrollar y probar la marca de alimento para animales Sanders, líder francés en nutrición animal y filial del grupo Avril.

Estas imágenes se grabaron entre febrero y mayo de 2019 en la estación experimental Sourches donde se muestran vacas perforadas para llegar a sus tripas, haciendo un conducto de casi 15 centímetros de diámetro. También los animales se encuentran obligados a vivir en un recinto de pequeño tamaño sin paja y lleno de excrementos. 

La dieta que hacen que los animales para aumentar su productividad, les causa deficiencias como la cojera , problemas pulmonares o cardíacas, trastornos digestivos o inflamación de la piel.

La ONG ha pedido, a través de su página web, hacer un llamamiento a los ministros de investigación y agricultura para prohibir este tipo de experimentos zootécnicos.

 Esta técnica, utilizada para maximizar la productividad de los animales, existe en otros países como Suiza, Canadá o Estados Unidos.

Como recoge la misma organización, ahora los pollos ponen alrededor de 300 huevos por año frente a los 20 como máximo que ponen cuando viven en la naturaleza; las vacas producen más de 6.700 litros de leche al año, el doble que en 1970; las gallinas crecen cuatro veces más rápido; y las cerdas dan a luz 29 cachorros por año contra 16 en 1970.

Fuente de información: Público

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Percepciones sobre la carne que nos hacen subestimar su impacto en el cambio climático

21 junio 2019

A veces olvidamos que el cambio climático es real y ha llegado para quedarse, y lo hacemos mirando hacia otro lado o evitando transmitir un mensaje claro sobre lo que deberíamos hacer al respecto. Esto es particularmente común cuando se trata del impacto de la alimentación y la necesidad de reducir el consumo promedio de productos con elevada huella de carbono, como la carne y los lácteos, en países de rentas elevadas.

Sin duda, reducir nuestras raciones diarias de productos animales es una tarea difícil. No obstante, en el actual contexto de cambio climático, es necesario redoblar los esfuerzos hacia la sostenibilidad de nuestros actos diarios, entre ellos la forma en que nos alimentamos.

La elevada demanda de carne y lácteos, junto con el desperdicio alimentario, es una importante causa de emisión de gases de efecto invernadero en el sector agroalimentario. En consecuencia, no comunicar claramente los beneficios de la reducción del consumo de estos alimentos supondría perder una gran oportunidad para la mitigación del cambio climático.

Sin embargo, a tenor de la aparente resistencia expresada por algunos científicos, resulta evidente que transmitir un mensaje claro y simple acerca de los efectos de la ganadería sobre el cambio climático y los beneficios de reducir el consumo de sus productos no es una tarea fácil.

Además, esta resistencia a admitir cuestiones que cuentan con un muy notable consenso científico bien podría conducirnos a una nueva ola de negacionismo climático como consecuencia de la confusión que estos mensajes suscitan: tras “el cambio climático no existe” y “el ser humano no es el causante del cambio climático” podríamos estar asistiendo al nacimiento de “las medidas sugeridas para hacer frente al cambio climático no funcionan”.

Fuente de información: Contrainformación.es

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Crecen de nuevo las emisiones de amoniaco españolas de la ganadería industrial

20 junio 2019

Las emisiones de amoniaco aumentaron en España y superaron de nuevo el límite máximo autorizado en la Unión Europea (UE), sobre todo a consecuencia de la ganadería industrial que emite el 92% del total, según datos de Greenpeace que exige una moratoria «inmediata» de la ganadería intensiva y una reducción de golpe de la cabaña ganadera.

En el marco de la campaña #PlanetaEnCarneViva, la ONG recuerda que España supera el límite de emisiones de amoniaco permitidas en la UE y responsabiliza de manera principal a la ganadería industrial que «sigue aumentando» sus emisiones de este gas tóxico en vez de reducirlas, como el resto de Europa.

Así, recuerda que la Comisión Europea ha denunciado varias veces a España por pasarse un 39% de forma reiterada del umbral establecido y señala que se trata de un gas contaminante que contribuye a acidificar el suelo y que tiene consecuencias en la calidad del agua y de los cultivos.

Por ámbito geográfico, la ONG recuerda que Cataluña es la comunidad autónoma más contaminante por amoniaco, seguida por Castilla y León y Aragón. Entre las tres concentran el 61% del total de emisiones y, de estas, solo Cataluña emite el 31% del total de España.

En su conjunto, entre 1990 y 2015 la Unión Europea redujo un 24% sus emisiones de amoniaco a la atmósfera, sin embargo, España e Irlanda, al contrario que el resto de Estados Miembro, incrementaron sus emisiones.

España creció un 12% en ese periodo mientras que el aumento de Irlanda fue del 1,6% para todo el periodo. Asimismo, añade que entre 2014 y 2016, las emisiones de amoníaco en España aumentaron un 6,13%, lo que confirma la tendencia de crecimiento continuado del país.

Los límites del amoniaco están recogidos en la Directiva 2001/81/CE por su potencial contaminante ya que tiene «graves repercusiones» sobre el medio ambiente y, de forma indirecta, sobre la salud de las personas.

Según Greenpeace, en 2017, último año con datos, el 92% de las emisiones de amoniaco españolas se debieron al «crecimiento exponencial» de la ganadería industrial. En concreto, el 73% lo emitieron las explotaciones de porcino y el 19% las de aves. De las 100 industrias más contaminantes de amoniaco de España, 94 son explotaciones ganaderas industriales (54 de aves y 40 de porcino).

La ONG denuncia que las tres más contaminantes juntas, dos de aves y una de porcino, contaminan «casi lo mismo que la fábrica de productos químicos de Solvay en Torrelavega, la más contaminante de España, y más que cualquier refinería de petróleo, planta de tratamiento de residuos peligrosos o fábrica de fertilizantes sintéticos de España».Una acción proritaria

Una acción prioritaria

La Comisión Europea ha advertido a España de que las emisiones de amoniaco «exceden actualmente los límites máximos aplicables» y le ha indicado que reducir estos niveles debe ser «una de las acciones prioritarias» en 2019, ya que el país lleva incumpliendo los límites de emisión desde que entraron en vigor en 2010.

Para el responsable de Agricultura de Greenpeace España, Luis Ferreirim, es «inadmisible y vergonzoso» que sigan aumentando las emisiones de amoniaco e incumpliendo los compromisos mientras los demás países reducen estos niveles.

«Podemos seguir pensando en soluciones mágicas pero la única forma de reducir drásticamente las emisiones de amoniaco, así como de otros contaminantes originados por la ganadería, es frenando de golpe la expansión de la ganadería industrial y reduciendo la cabaña ganadera. Greenpeace exige una moratoria estatal inmediata a la ganadería industrial», ha reclamado.

La ONG publica este miércoles un mapa sobre la ganadería industrial en el marco de la campaña ‘Planeta en carne viva’, que se basa en las emisiones de amoníaco a la atmósfera que es el único contaminante originado por la ganadería que se reporta de forma consistente al Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes.

La ONG recuerda que solo las explotaciones con más de 40.000 pollos, 2.000 cerdos o 750 cerdas reproductoras –e instalaciones que superen la emisión de 10 toneladas al año– están obligadas a declarar sus emisiones.

Las explotaciones de rumiantes (principalmente vacunoovino y caprino), que también emiten amoníaco entre otros gases, no están obligadas a declarar su emisiones. Por ejemplo, la macroexplotación de vacuno que se pretende construir en Noviercas (Soria), una auténtica fábrica de cambio climático y de excrementos, no estaría obligada a declarar ninguna de sus emisiones.

Ferreirim crtica que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que no haya dado a la ONG la información del Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA), por lo que confía en poder completar en el futuro el mapa de explotaciones, incluidos los «nuevos proyectos que amenazan con agravar aún más la situación en España, si no son desechados a tiempo».


Explotaciones ganaderas obligadas a declarar amoníaco por superar límite de emisiones y/o animales / Imagen: GP – EP

Fuente de información: Ecoavant.com

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Greenpeace entra en una macrogranja de cerdos de Hellín (Albacete) que considera «la más contaminante de España»

20 junio 2019

Activistas de Greenpeace han entrado este jueves en la macrogranja de porcino que consideran que es «la más contaminante de España», situada en Hellín, para denunciar las balsas contaminantes de excrementos de cerdos que podrían llenar hasta 120 piscinas olímpicas. Con la acción, la ONG reclama de nuevo el fin de la ganadería industrial porque emite «más amoniaco que cualquier refinería de petróleo, planta de tratamiento de residuos peligrosos o de fertilizantes sintéticos».

Los activistas se han colado en la macrogranja de Cefusa (Grupo Fuertes), en Hellín (Albacete), un complejo con capacidad para cerca de 150.000 cerdos, que para Greenpeace es uno de los exponentes de la ganadería industrial a la que califica como una «fábrica de cambio climático» porque contamina a nivel mundial «como todo el transporte unido». La ONG exige de nuevo una «moratoria estatal inmediata» para la ganadería industrial y la reducción de la cabaña ganadera por su impacto en el cambio climático, la deforestación y la contaminación de aire, suelos y agua.

Los activistas han desplegado una pancarta con los lemas «La carne industrial contamina», «#PlanetaEnCarneViva» y «Stop ganadería industrial» junto a las balsas donde se acumula la mayoría de los excrementos de estos animales que ocupan cerca de 130.000 metros cuadrados, el tamaño equivalente a 120 piscinas olímpicas.

Fuente de información: 20minutos

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Cómo la adicción de Europa a la soja alimenta el cambio climático

19 junio 2019

La expansión de la soja se está produciendo a costa de algunos de los entornos con mayor biodiversidad del planeta.

La industria de la soja está viviendo un boom. La producción mundial de soja es ahora más del doble que en 1997 gracias a la introducción de semillas genéticamente modificadas (GM) tolerantes a los herbicidas en la década de 1990, e impulsado por la creciente demanda de piensos para abastecer la fiebre de grandes granjas industriales que producen gran parte de la carne y los productos lácteos del mundo.

Esta rápida expansión se está produciendo a costa de algunos de los entornos con mayor biodiversidad del planeta, entre otros la Amazonia y los bosques del Cerrado y el Gran Chaco en América del Sur, y está contribuyendo a la creciente crisis climática y de salud pública.

Según el último informe de Greenpeace, en Brasil, la producción de soja es ahora más de cuatro veces la de hace dos décadas. La protección de la Amazonia brasileña ante la expansión agrícola liderada por los cultivos de soja ha mejorado gracias a la Moratoria de la Soja, que fue el resultado de un esfuerzo colaborativo sin precedentes encabezado por Greenpeace y que implicó a empresas, organizaciones de la sociedad civil y el gobierno brasileño. Sin embargo, la industria de la soja se ha centrado ahora en convertir en tierras cultivables enormes extensiones de sabana y bosques del Cerrado, que ha perdido la mitad de su extensión original por culpa de la expansión de la agricultura. El Gran Chaco —el segundo bosque más grande de América del Sur, que se extiende por Argentina, Bolivia y Paraguay— está sufriendo también altos índices de deforestación.

La agricultura industrial es uno de los principales causantes de la crisis climática mundial, siendo responsable de dos tercios de la deforestación total en América del Sur y cuyos principales impulsores son el cultivo de soja y la ganadería. Además, se ha denunciado que el “boom de la soja» en América del Sur está vinculado con el acaparamiento de tierras y otras violaciones de los derechos humanos. Pero los efectos negativos sociales y medioambientales de la producción de soja llegan aún más lejos. En Brasil y Argentina más del 95% de la soja es transgénica, lo que lleva emparejado el uso intensivo de herbicidas y otros insumos químicos peligrosos.

El uso de pesticidas por unidad de área se ha incrementado en más del 170% en ambos países desde los años noventa. El resultado no solo son grandes terrenos de monocultivo con una biodiversidad extremadamente reducida, sino también el uso masivo de pesticidas con una alta probabilidad de perjudicar la salud de los trabajadores del campo y las poblaciones que viven en las inmediaciones.

Después de China, la Unión Europea es el segundo mayor importador de soja del mundo, con unos 33 millones de toneladas de productos de soja al año. El principal impulsor es el sector europeo de la ganadería industrial, pues aproximadamente el 87% de la soja importada por la UE se destina a alimentación animal. Solo una parte de la carne y los productos lácteos que se producen en la UE se exportan, mientras que la mayoría se destina a satisfacer el insaciable consumo de carne y lácteos de la región: en Europa Occidental, una persona consume de media 85 kg de carne y 260 kg de productos lácteos al año, más del doble que la media mundial.

Los niveles europeos de consumo de carne y productos lácteos son motivo de preocupación para la salud pública. En enero de 2019, un informe publicado por The Lancet concluyó que una dieta saludable, tanto para las personas como para el planeta, requiere “una reducción de más del 50% del consumo mundial de alimentos no saludables —en particular la carne roja— y un aumento de más del 100% de alimentos saludables, como frutos secos, frutas, verduras y legumbres”.

Fuente de información: Contrainformación.es

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Pini iniciará las pruebas de su matadero de Binéfar el 1 de julio con 400 trabajadores

17 Junio 2019

Se ha levantado en un tiempo récord de 10 meses. El sector dice que viene a revolucionar la industria porcina

El macromatadero de Binefar iniciará su actividad en periodo de pruebas el próximo lunes 1 de julio. Es la fecha marcada en el calendario de Litera Meat, empresa promotora, filial del grupo italiano Pini, que prevé contar a finales de mes con una plantilla de unos 400 trabajadores, para arrancar con el sacrificio de los primeros camiones de animales. Entre ellos habrá 200 traídos de otros mataderos del grupo para este rodaje.

El paso siguiente será entre agosto y septiembre, cuando podría funcionar ya uno de los dos turnos de trabajo y matar diariamente 16.000 cerdos, señalaron fuentes de la compañía, que destacaron el tiempo récord de construcción de la planta, apenas diez meses, ya que obtuvo la licencia de obras el 8 de agosto de 2018.

El propio sector muestra su «sorpresa» por que en diez meses haya conseguido levantar un matadero de estas dimensiones y en estos momentos tenga avanzadas las pruebas de matanza, pendiente de poner a punto la cadena de frío. La principal incógnita para otras compañías es saber si será de capaz de matar tantos animales, ya que la viabilidad de la empresa pasa por conseguir una gran producción acorde a las dimensiones de las naves y la plantilla. «De momento, lo que ha ido diciendo, lo ha ido cumpliendo», precisaron responsables de destacadas empresas porcinas. Eso sí, «en el primer año, lo lógico es mantener las cifras en niveles bajos», no a plena producción.

Fuente de información: El Heraldo de Aragón

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La granja industrial de gallinas ponedoras más grande de España, se pretende instalar en San Clemente, Cuenca.

14 junio 2019

En algunos ayuntamientos, como San Clemente, la corporación salida de las urnas debe abordar proyectos de ganadería industrial.  

No hacer mención en campaña electoral a proyectos en trámite, teniendo en cuenta el impacto que suponen a este municipio, roza el engaño.

Por suerte en muchas otras localidades el eje central de las campañas ha sido  la ganadería industrial, y muchas de ellas han dicho basta. La lucha social contra las macrogranjas se cobra sus primeras víctimas en las urnas.

El 93% de las gallinas ponedoras del estado español provienen de la ganadería industrial, que sigue en aumento en nuestro país mientras que en el resto de Europa van disminuyendo. España es uno de los mayores productores con 1.260 granjas y una media de 67.700 gallinas cada una.

En el término municipal de San Clemente se pretende instalar una granja avícola de gallinas de puesta  intensiva, con una capacidad de 1.020.000 gallinas de puesta y 360.000 pollitas de recría. Si tenemos en cuenta la media de gallinas por granja (dato mencionado más arriba), las dimensiones de la  industria que se pretende instalar en San Clemente, es de las mayores de Europa.

Este tipo de instalaciones generan tres problemas básicos muy importantes: la producción de gases de efecto invernadero, la contaminación de suelos y un gran consumo de agua.

Además de las afecciones ambientales, hay que tener en cuenta las afecciones al entorno socio-económico de la zona en la que estos proyectos se implantan..

Una instalación de estas características en nuestro pueblo, genera muchos más problemas que beneficios. Al coste sobre la salud, el medioambiente y los recursos hídricos, hay que sumarle otros como los constantes mantenimientos de infraestructuras, o la poca calidad del empleo, algo que un modelo agroalimentario de dimensiones artesanas se evitaria, ya que, la elaboración de productos de calidad conlleva mayor valor añadido. La producción de huevos en intensivo a esta escala, no deja riqueza en San Clemente, solo problemas.»

«Creemos que la administración regional ha esperado a publicar la declaración de impacto ambiental tras las elecciones, con la intención de silenciar este tema, para que no influyera en las elecciones. Ahora la nueva corporación debe decidir si seguir la línea marcada por el gobierno regional, o mirar por el bien de sus vecinos y vecinas.»

«Hay que decir que este proyecto y su promotor tiene ciertas particularidades que le hacen gozar de un especial apoyo institucional: a tenor de los hechos, esta macrogranja sería imposible en otro territorio.  

La instalación de esta granja industrial, afecta a una amplia área donde existen viviendas habitadas, negocios y poblaciones mucho más cercanas que San Clemente, como Casas de Los Pinos y Casas de Roldan, que se verán directamente afectadas por las emisiones. Poblaciones a las que no se les ha pedido opinión… Toda esta zona quedará marcada dificultando nuevas iniciativas económicas sostenibles”, comenta Pedro Mesas, portavoz de Ecologistas en Acción-Cuenca del Záncara.

El lunes día 10 de junio, un día después del encuentro provincial de Pueblos Vivos Cuenca, se publicó la Declaración de Impacto Ambiental firmada por por la Viceconsejería de Medio Ambiente de la JCCM, cuya resolución no convence a la Plataforma.  La respuesta de los promotores a las alegaciones presentadas por Ecologistas en Acción Cuenca del Záncara, tampoco se considera satisfactoria.

La mayor parte de las alegaciones estaban relacionadas con las distancias a zonas urbanas, tanto viviendas como establecimientos de hostelería, el gran consumo de agua, la producción de CO2, la gestión del estiércol y las dimensiones de construcción en suelo rústico que superan los porcentajes permitidos.

Entre otras respuestas del promotor a las alegaciones, cabe resaltar algunas como esta: “independiente de que San Clemente esté incluida en la zona vulnerable, debido al tipo de ganadería a realizar, esto es, cría intensiva de aves de puesta y de recría, en ningún momento las aves podrán desplazarse por el exterior de las naves al aire libre, a diferencia de otros métodos de cría (gallinas camperas, ecológicas etc.) más extensivos en los que los animales sí que pueden estar en el exterior de las naves.”

La Plataforma Pueblos Vivos Cuenca considera, que, publicar una Declaración de Impacto Ambiental favorable, sin que el proyecto tenga otorgada la concesión de agua, encontrándose esta en trámite de cambio de titularidad y de uso, es cometer un fraude de ley que ya ha sido reconocido frente a los tribunales, existiendo jurisprudencia al respecto.   

“Tener el mismo trato desde el punto de vista legislativo para ganadería industrial que para ganadería extensiva, es tratar a los ciudadanos y ciudadanas de esta región de como ignorantes y no lo somos. La apuesta por la ganadería industrial que se hace en Castilla-La Mancha tendrá unas fatales consecuencias para nuestro futuro y quienes abren la puerta a este tipo de desarrollo tendrán tarde o temprano que asumir su responsabilidad”.  Ha finalizado Mesas

Desde Pueblos Vivos Cuenca, se seguirá muy de cerca el desarrollo  de este proyecto que, al necesitar la autorización ambiental integrada (AAI) para construirse, se estudiará presentar los recursos correspondientes en cuanto se publique.

Pueblos Vivos Cuenca, sigue insistiendo en que es necesaria una planificación estratégica del sector, tal y como se ha hecho con la ganadería extensiva, examinando y definiendo previamente hasta dónde se puede llegar con este tipo de ganadería industrial para controlar los efectos adversos que tiene en cuanto a contaminación del aire y las masas de agua. Por ese motivo, lo más adecuado sería llevar a cabo, por parte de la Junta de Comunidades, una suspensión de autorizaciones ambientales, como ya han hecho muchos ayuntamientos en materia urbanística, hasta que se tengan los datos definitivos y una planificación ordenada del territorio, competencia del gobierno regional.

Pueblos Vivos Cuenca está formada por plataformas locales de los municipios de Priego, Zarzuela, Villalba de la Sierra, Mota del Cuervo, Cañete, Villar de Domingo García, Cardenete, Fuentes, Villanueva de la Jara, Pozorrubielos de la Mancha, Torrejoncillo del Rey, Campillo de Altobuey, Reíllo, Tarancón, Belinchón, Almendros, Portilla, Vellisca, Tinajas, Barajas de Melo, Yémeda, Rubielos Altos, además de Ecologistas en Acción Cuenca.  

Más información

Junio, «Mes de la resistencia a la ganadería industrial»

Junio 2019

Este mes de junio celebramos la resistencia del mundo rural ante esta amenaza con un calendario cuajadito de actos en ocho comunidades autónomas, varias campañas estatales de las organizaciones que forman parte de esta Coordinadora, campañas de tipo local…

Iremos informando desde aquí de todas las actividades programadas y se realizará una importante labor de difusión en redes. No olvides ir consultando el programa, puesto que lo iremos actualizando.

Calendario de actividades

Ong ADDA en una mesa informativa el 19 de junio 2019 (Barcelona)

Ver vídeo de las acciones realizadas por las entidades que forman parte de esta plataforma.

Campamento en Huesca contra la apertura del matadero más grande de Europa

7 junio 2019

Próximamente, si nada lo impide, comenzará a funcionar en Binéfar (Huesca) el matadero más grande de Europa, con capacidad para matar a 32.000 cerdos al día. Uno tras otro, entrando vivos, asustados, tratando de protegerse unos a otros, oliendo la sangre, intuyendo la muerte, sin poder escapar, chillando desesperados. Uno tras otro hasta 32.000 al día. Casi ocho millones al año. Una factoría de muerte. La más grande de Europa. Habrá quien diga que será un orgullo para Binéfar, para Huesca, para España.

En Huesca la explotación animal está en auge. La ganadería se ha convertido en un medio para llenar la España vaciada, aunque se llene de sufrimiento, de dolor, de pestilencia, de contaminación. Porque ese vertedero no solo será sede de un auténtico holocausto animal sino que será un foco de degradación medioambiental como pocos.  Según se desprende del informe técnico registrado en el Ayuntamiento de Binéfar, este macromatadero emitirá 126 toneladas de CO2 cada día, el equivalente al que absorben 6.500 árboles al año, y 1,3 millones de metros cúbicos de basura contaminante cada año. A la espalda del macromatadero hay un gran embalse que hoy se puede rodear caminando. Cuando empiece a funcionar, el macromatadero captará el equivalente a dos piscinas olímpicas, 5.000 metros cúbicos de agua cada día, 60 litros por segundo.

Mientras la ONU alerta sobre el impacto de la ganadería en el calentamiento global y los purines de las granjas se revelan como un poderoso veneno contra la vida a su alrederor, Binéfar se prepara para albergar el horror.

En el entorno abundan las naves industriales en mitad de la nada. Asépticas en la distancia. Unas más pequeñas, otras enormes. En su interior miles, decenas de miles de animales hacinados, naciendo, enfermando, muriendo, pariendo. Sufriendo. Son las granjas que abastecerán a ese macromatadero de su materia prima esencial: los cuerpos de esos animales. El tráfico de camiones transportando esos cuerpos aún con vida hacia su cruel destino es constante en la zona. Cuando abra la megafactoría se incrementará considerablemente.

El responsable de este proyecto es Piero Pini, empresario italiano al que se ha relacionado con la mafia, y que ha estado recientemente en prisión en Hungría por fraude fiscal. Antes había sido detenido en Polonia acusado de una presunta estafa articulada a través de una empresa con elementos similares a la proyectada en Binéfar, aseguran los activistas. Según publicó entonces la prensa italiana, el matadero del empresario en el centro de Polonia tapaba una red de decenas de empresas dedicadas a actividades delictivas.

En Binéfar ya hay otro matadero, mucho más pequeño que el proyectado, y sus efectos ya hacen que muchos vecinos se opongan a este nuevo proyecto. En el pueblo huele a orines, a heces, a enfermedad, a mugre, según dicen. En verano es insoportable, hay que cerrar ventanas y tirar de aire acondicionado. Hace algunos años se podía ver sangre y tripas en las alcantarillas del pueblo. En algunos parajes al despuntar el día el silencio permite escuchar los gritos de los cerdos. Las primeras víctimas del nuevo macromatadero, a solo dos kilómetros del núcleo urbano, van a ser sus decenas de miles de víctimas diarias, pero también los vecinos van a pagar el precio. Ya lo están pagando. La degradación medioambiental puede ser irreparable. 

El anuncio de apertura de ese macromatadero y las informaciones sobre la opacidad y las posibles irregularidades alrededor de ese proyecto han conducido a Binéfar a varios activistas por la liberación animal de toda España, que han montado un campamento permanente antiespecista en un parque público justo frente al infierno y han coordinado movilizaciones en diferentes lugares para alertar de lo que va a ocurrir en ese pueblo de Huesca.

Se sienten, como las granjas, en mitad de la nada, en un paisaje en el que no hay refugio frente a las inclemencias metereológicas. El sol, el calor, la lluvia o el frío son implacables y la única protección son las lonas y las tiendas en las que se refugian cada día, en las que reciben el apoyo de algunos y también los ataques de otros.

Rodeados de abuso y de esclavitud, dicen esos activistas, tiene sentido defender día tras día de forma permanente la liberación animal, hacerla visible y enarbolarla frente a los camiones que cada día pasan por esas carreteras cargados de terror hacia la muerte. Entre la carretera y la vía del tren, cada vez que pasa un convoy despliegan pancartas, corean protestas.

Desde el campamento se ha desplegado un activismo de concienciación en el pueblo, con reparto de panfletos, «cubos de la verdad» en los que descubrir lo que habrá dentro del matadero, degustaciones de comida vegana y debates con vecinos interesados en saber más sobre esa lucha que es el veganismo.

Dos semanas después de plantar el campamento, los activistas se manifestaron contra el macromatadero por las calles del pueblo. El pasado 5 de marzo el colectivo Vegancha organizó unas jornadas con charlas y talleres en las que participaron más de cuarenta personas. Después cortaron el paso a las obras del macromatadero para reivindicar su paralización.

Durante este tiempo han pasado por el campamento multitud de activistas de diferentes puntos del Estado, incluso personas de otros puntos de Europa que han conocido la protesta por las redes sociales. Quienes permanecen allí permanentemente agradecen la oportunidad de compartir la lucha y de tejer redes de activismo, cohesionando la lucha antiespecista.

El 25 de mayo diversos colectivos y activistas antiespecistas llegados de Madrid, Barcelona, Huesca, Iruña, Málaga, Valladolid,  Girona, Teruel, Lleida, Valencia, Gasteiz y pueblos cercanos a Binéfar se concentraron en una marcha convocada en las redes sociales y que terminó a las puertas del macromatadero, donde leyeron un manifiesto exponiendo las razones contra su apertura y contra la explotación de los demás animales.

Desde hace unos días pesa sobre el campamento una orden de desalojo que aún no se ha ejecutado. Dudan de que pueda ejecutarse, más allá de desmontarles las tiendas y las lonas, porque el terreno en el que se han instalado es un parque público. Pero la amenaza está ahí. Y si ellos se van, lamentan, nadie alertará de que infierno se pone en marcha.

Los activistas aseguran que las obras prosiguen y el macromatadero abrirá de forma inminente si nada lo impide. De hecho, hay quienes aseguran que en la segunda quincena de este mes comenzarán «las pruebas con animales». Por ello lanzan un llamamiento al activismo, no solo animalista sino ecologista para poner el foco en Binéfar y que esa gran factoría de horror y sufrimiento no llegue nunca a abrir sus puertas. De hecho, lamentan con cierta sorpresa que las más potentes organizaciones animalistas y en defensa del medio ambiente apenas hayan alzado la voz contra este macromatadero, a pesar de que algunas de ellas sí están en una lucha frontal contra las macrogranjas, la otra cara de la misma moneda. 

Debe ser una lucha global, insisten, y con ella quieren también contribuir a un debate que consideran urgente sobre cómo los humanos queremos relacionarnos con los demás animales, con la vida que nos rodea.

Fuente de información: Eldiario.es

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