Gigantes del sector ganadero, entre los que se encuentran Nestlé, Danone y JBS, equivalen a más del 80% de la huella total de metano de la Unión Europea y superan con creces la de varios países. Un nuevo informe del Instituto de Política Agrícola y Comercial y Changing Markets calcula su responsabilidad e insta a los gobiernos a apoyar una transformación agrícola justa.
25 noviembre 2022
No son pocas las veces que hemos oído decir que somos lo que comemos. Porque la comida es vida. Y, por ello, debemos darle la importancia que se merece. Pero, si se trata de las industrias cárnica y láctea, lo importante no es la carne y la leche, sino lo que está oculto tras su producción: nos comemos su contaminación.
Y es que cada granja, cada instalación ganadera, conforma una huella de metano (uno de los principales gases que calienta el planeta) demasiado grande para el riesgo climático al que nos enfrentamos. De hecho, si se juntaran 15 grandes empresas de este sector, entre las que se encuentras marcas muy conocidas como Nestlé y Danone, emitirían más que un país entero. El Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP, por sus siglas en inglés) y la fundación Changing Markets calculan exactamente cuánto en un nuevo informe.
Unidas, todas ellas son responsables del 3,4% de las emisiones mundiales de metano procedentes de la actividad humana y equivalen a más del 80% de la huella total de metano de la Unión Europea. Son casi 13 toneladas, mucho más de lo que emite Alemania, y más gases de efecto invernadero que gigantes de su industria hermana, la de los combustibles fósiles, como ExxonMobil, BP y Shell.
Por separado, encontramos a nombres reconocibles, como la empresa cárnica brasileña JBS, clave en la deforestación de la Amazonia, que supera las emisiones de metano ganaderas de Francia, Alemania, Canadá y Nueva Zelanda unidas, lo que se traduce al 55% del metano producido por todo el ganado de Estados Unidos. O a la multinacional estadounidense Tyson Foods, cuyas emisiones son comparables a las del sector ganadero ruso entero.
«Las emisiones de metano de las grandes empresas cárnicas y lácteas rivalizan con las de los Estados y, sin embargo, ocultan su colosal huella climática tras un barniz de greenwashing y objetivos de cero emisiones. Estas empresas no harán lo que es necesario de forma voluntaria: los Gobiernos deben establecer normas para regular sus emisiones y apoyar a los agricultores para que abandonen la agricultura industrial«, defiende Shefali Sharma, directora de IATP Europe.
Fuente de información: climatica.lamarea.com
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