21 agosto 2022
El Consejo de Ministros, y por iniciativa del Ministro de Consumo, Alberto Garzón, finalmente ha aprobado un Real Decreto por el cual se establece la instalación obligatoria de cámaras de videovigilancia en todos los mataderos españoles, para garantizar el control del bienestar de los animales. Una vez sea publicado en el BOE (Boletín Oficial del Estado) los mataderos tendrán un año para adaptarse a las nuevas medidas y los mataderos pequeños dos años.
Las cámaras de videovigilancia deberán filmar las zonas de los mataderos en donde se encuentran los animales: zonas de carga y descarga, los pasillos de conducción y las zonas en donde son aturdidos y matados posteriormente. Referente a las aves y cerdos, este proceso se deberá filmar en su totalidad para controlar que, realmente, el aturdimiento se haya realizado.
Las filmaciones se tendrán que guardar durante un mes y estarán disponibles para el control correspondiente de cada comunidad autónoma.
La única parte del proceso que no se tendrá que filmar obligatoriamente, será el momento de espera de los animales dentro de los camiones cuando llegan a los mataderos, antes de que sean descargados. No obstante, los mataderos deberán contabilizar este tiempo de espera.
Ong ADDA ante la opacidad de lo que sucede en el interior de los mataderos, en el 2013 inició una petición bajo el titular: Si no hay nada que ocultar… ¡QUE NO SE OCULTE NADA! dirigida al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, y a los responsables en materia de todas las Comunidades autónomas la aprobación de una normativa a nivel nacional para que fuera obligatorio la instalación de un sistema de videovigilancia en todos los mataderos españoles. Como medida preventiva para evitar irregularidades, malas prácticas hacia los animales y garantizar los aturdimientos legales.
A la petición se sumó, un largo recorrido de recogida de firmas, escritos a las autonomías españolas, y entre otras acciones, a los Diputados/as del Congreso, facilitando “el Libro Blanco” editado por ADDA.
Ong ADDA, ha visto compensados sus años de esfuerzo en el intento de mejorar el bienestar de los animales destinados a la cadena alimentaria.