Percepciones sobre la carne que nos hacen subestimar su impacto en el cambio climático

21 junio 2019

A veces olvidamos que el cambio climático es real y ha llegado para quedarse, y lo hacemos mirando hacia otro lado o evitando transmitir un mensaje claro sobre lo que deberíamos hacer al respecto. Esto es particularmente común cuando se trata del impacto de la alimentación y la necesidad de reducir el consumo promedio de productos con elevada huella de carbono, como la carne y los lácteos, en países de rentas elevadas.

Sin duda, reducir nuestras raciones diarias de productos animales es una tarea difícil. No obstante, en el actual contexto de cambio climático, es necesario redoblar los esfuerzos hacia la sostenibilidad de nuestros actos diarios, entre ellos la forma en que nos alimentamos.

La elevada demanda de carne y lácteos, junto con el desperdicio alimentario, es una importante causa de emisión de gases de efecto invernadero en el sector agroalimentario. En consecuencia, no comunicar claramente los beneficios de la reducción del consumo de estos alimentos supondría perder una gran oportunidad para la mitigación del cambio climático.

Sin embargo, a tenor de la aparente resistencia expresada por algunos científicos, resulta evidente que transmitir un mensaje claro y simple acerca de los efectos de la ganadería sobre el cambio climático y los beneficios de reducir el consumo de sus productos no es una tarea fácil.

Además, esta resistencia a admitir cuestiones que cuentan con un muy notable consenso científico bien podría conducirnos a una nueva ola de negacionismo climático como consecuencia de la confusión que estos mensajes suscitan: tras “el cambio climático no existe” y “el ser humano no es el causante del cambio climático” podríamos estar asistiendo al nacimiento de “las medidas sugeridas para hacer frente al cambio climático no funcionan”.

Fuente de información: Contrainformación.es

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