La realidad tras los huevos camperos. «LA PESADILLA DE LLUCMAJOR»

28 mayo 2025

Denunciada una granja ubicada en Llucmajor (Mallorca) con 136.000 gallinas por presuntos delitos contra la salud pública y estafa. El reportaje muestra una realidad escalofriante: cadáveres de gallinas en descomposición, telarañas, polvo, ratas correteando y la suciedad más extrema. La investigación se llevó a cabo en abril de 2025, y por primera vez documenta una granja de gallinas camperas con el sello de “bienestar animal” Welfair.

Aunque estos huevos se comercializan como camperos, las gallinas no tienen acceso al exterior durante al menos seis días. Se engaña así al consumidor, que paga más por unos huevos que cree éticamente superiores. Sin embargo, todos los huevos proceden de la explotación animal. La industria ganadera siempre trata a los animales como objetos, nunca como seres sintientes. Por eso no existe forma ética de explotar animales. Esta granja abastece con huevos camperos de marca blanca a Eroski y Mercadona en las Islas Baleares, además de vender huevos bajo la marca Avícola Ballester en Alcampo. También suministra a una gran parte del sector hotelero de Mallorca. La granja fue multada con 150.000 € por operar sin autorización ambiental y hoy sigue funcionando de manera ilegal. La Fiscalía de Medioambiente ya investiga el caso. Mientras tanto, los vecinos viven una pesadilla constante entre plagas de moscas, olores nauseabundos y presuntos vertidos ilegales de gallinas muertas.

Las imagenes de este video pueden herir la sensibilidad

Fuente de información: ARDE GLOBAL

Petición para el cierre de la granja aquí

El matadero de los horrores de San Fernando: animales agonizantes, cabezas cortadas y ratas muertas

26 mayo 2024

El Seprona de la Guardia Civil detiene a cinco personas en una operación en explotaciones ganaderas, naves industriales e instalaciones ilegales de Ávila, Toledo y Madrid que enviaban carne sin trazabilidad a restaurantes

Un camino de tierra cercano a un polígono de San Fernando de Henares —en el este de Madrid—, desemboca en lo que, de lejos, parece una bucólica casa de campo en medio de un prado. Sin embargo, ahí se oculta el matadero de los horrores, un recinto en el que se apilan más de 200 cabras y ovejas enfermas, agonizantes, algunas muertas, rodeadas de suciedad, cabezas de animales cortadas y ratas. Es uno de los recintos que inspeccionó el pasado miércoles el Seprona de la Guardia Civil, en una operación en explotaciones ganaderas, naves industriales y mataderos ilegales de Ávila, Toledo y Madrid que maltrataban a los animales, los sacrificaban sin condiciones sanitarias adecuadas y enviaban carne sin trazabilidad a restaurantes.

Los agentes han explicado este lunes en una rueda de prensa que han detenido a cinco personas e investigan a otras 12 acusadas de varios delitos contra la salud pública, maltrato animal, falsedad documental, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales. Debido al mal estado de los animales en los distintos recintos, han tenido que sacrificar a unos 350.

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Fuente de información: El País

Activistas europeas contra la ganadería industrial denuncian una macroexplotación bovina en Bétera (Valencia) por «greenwashing»

18 mayo 2025

Activistas europeas contra ganadería industrial se concentran frente a una macroexplotación bovina en Bétera (Valencia)- AMIGAS DE LA TIERRA

Activistas europeas se concentraron, el sábado 18 de mayo, frente a la macroexplotación ganadera bovina More Holstein en Bétera (Valencia) para denunciar el ‘greenwashing’ de la instalación industrial, con más de 3.000 vacas lecheras en Bétera. La empresa ha recibido una «fuerte oposición» del vecindario y de las organizaciones sociales y ambientales locales, que exigen «el fin de un modelo que contamina el agua, el aire y los suelos».

En esta acción se ha enmarcado en el encuentro europeo contra la ganadería industrial, organizado por Amigas de la Tierra y en el que ha participado Ecologistas en Acción, Stop Ganadería Industrial, Ong ADDA y decenas de activistas de toda Europa que se han reunido para «visibilizar los impactos de las macroexplotaciones ganaderas» y «compartir experiencias locales de resistencia en otros territorios», según ha detallado Amigas de la Tierra en un comunicado.

En la protesta se han podido observar carteles con lemas como ‘Por un mundo rural vivo’, ‘No a las macrogranjas. No a la contaminación. No a la recalificación del suelo’, ‘Las macrogranjas contaminan y nadie dice ni mu’, ‘People power now’ –‘Poder del pueblo ya’– o ‘Moratoire sur les fermes-usines’ –‘Cierre de las granjas industriales’– .

Según las activistas contra la ganadería industrial, a pesar de estar certificada por el sello B Corp (un sello «supuestamente otorgado» a empresas con altos estándares de desempeño social y ambiental), la instalación industrial «parece no causar la misma buena impresión» entre las personas que viven a su alrededor.

El vecindario de La Pobla «sufre las consecuencias de vivir a menos de un kilómetro de la explotación de ganadería industrial», que «llena sus casas de ruido, moscas y olor de las toneladas de excrementos que se producen allí cada día».

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Fuente de información: Europapress

Electrocuciones y gestaciones forzadas: la tortura animal tras las explotaciones lecheras en España

6 mayo 2025

Una investigación de Igualdad Animal ha destapado el maltrato y la violencia a la que se somete a diario a las vacas lecheras en la industria láctea en España. Las granjas consiguen maximizar su producción lechera a costa de infligir abusos físicos y psicológicos sobre los animales durante los pocos años en los que son rentables, antes de enviarlos a los mataderos para comercializar su carne.

Los abusos van desde la inmovilización de los animales por medio de la fuerza a la separación de los terneros de sus madres nada más suceder el parto. Igualdad Animal ha expuesto el maltrato de 11 granjas en el Principado de Asturias en su investigación «¿Dónde está mi madre? La realidad de la industria de la leche en España«.

Inmovilizadas y electrificadas

En una de las explotaciones investigadas, se documenta que las vacas tienen restringidos los movimientos. Se encuentran atadas y controladas por un sistema, denominado «pastor«, que les da descargas eléctricas cuando se mueven. Los propietarios justifican que es una forma de «educarlas» para controlar sus desechos.

También se han identificado otros métodos de control, como colocar anillos en la nariz atados a una cadena –siendo la nariz sumamente sensible–, taparles los ojos o emplear picanas eléctricas para forzarlas a moverse.

Gestaciones periódicas diseñadas genéticamente

Como el resto de mamíferos, las vacas sólo producen leche un par de meses desde que dan a luz. Por ello, todas las granjas investigadas inseminan artificialmente a las vacas con semen sexado, separando los espermatozoides con cromosoma X de aquellos con cromosoma Y.

Así, propician el nacimiento de hembras que puedan sustituir a sus madres en la producción lechera. El esperma también está seleccionado para perpetuar líneas genéticas que producen más leche.

En el momento del parto, la mayoría de las granjas separan al ternero de la madre, para poder aprovechar hasta el calostro –la primera leche, esencial para fortalecer el sistema inmunológico de las crías–. La separación violenta de madres e hijos provoca en las vacas un estrés agudo que manifiestan incluso por días, denuncia Igualdad Animal.

La investigación señala que, durante 2024, aproximadamente 762.560 terneros y terneras fueron separados de sus madres al poco de nacer en España. Los machos son enviados al matadero a los pocos meses, y las hembras sustituyen a sus madres. Tras una media de tres o cuatro partos, las vacas también son usadas para comercializar su carne.

El Estado subvenciona esta industria

De acuerdo a Igualdad Animal, el sector lácteo recibió un total de 169 millones de euros en ayudas directas del Gobierno español en 2022. Ante esto, el cofundador de la organización, Javier Moreno, sentencia que «es necesario que el Gobierno impulse una transición del sector hacia las alternativas vegetales».

Según la investigación, cada litro de leche de vaca que se produce consume 628 litros de agua y genera 3,2 kg de dióxido de carbono, mientras que el agua requerida por las bebidas vegetales no supera el 60% de esa cantidad. 

«El Gobierno está sosteniendo y subvencionando una industria que no es rentable, que es cruel con los animales e insostenible con el medioambiente», afirma Moreno, quien también añade: «Los consumidores tienen derecho a conocer esta información que la industria láctea no muestra en su publicidad«.

Fuente de información: Publico.es