El Tribunal Supremo condena a 15 meses de cárcel a un granjero que dejó morir desnutridas a 170 ocas

7 abril 2025

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 15 meses de cárcel por un delito continuado de maltrato animal a un granjero que dejó morir a 170 ocas por «inanición y falta de cuidados» en una explotación ganadera ecológica de su propiedad situada en Fuente Obejuna (Córdoba).

La Sala de lo Penal, en una ponencia del magistrado Manuel Marchena, desestima el recurso de casación presentado por el granjero contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba, que también le impuso una pena de 3 años y 6 meses de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales.

Según los hechos probados, el dueño de las ocas figuraba como administrador único de una empresa que se dedicaba al cebado en extensivo de estos animales para la producción de paté, carne y plumas en una finca cordobesa.

Durante junio de 2018, las dejó morir por «inanición y falta de cuidados», con absoluto conocimiento del estado de desnutrición en el que estaban y «con total desprecio por la vida de éstas», puesto que el encargado de la alimentación de las aves le había comunicado la falta de pienso y su estado.

Cuando se personaron en la explotación agrícola los servicios veterinarios de la Junta de Andalucía y el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) se encontraron a las ocas muertas, la mayoría amontonadas. No tenían pienso ni agua potable, salvo un pequeño bebedero y una pequeña charca de aguas pluviales en unos corrales, donde bebían, se bañaban y defecaban, y tampoco recibieron la adecuada asistencia sanitaria.

La Sala Segunda considera que los hechos probados son integrables en el concepto de delito continuado y no en un único delito, como reclamaba el recurrente. «La muerte de 170 ocas como consecuencia de omisiones encadenadas que privaron a los animales del cuidado indispensable para evitar sed, hambre y atención veterinaria, hasta el momento de su muerte colectiva, ha de ser tratada conforme a las reglas del delito continuado», afirma.

Los animales, seres «sintientes»

La sentencia subraya que «el sufrimiento de un animal, la muerte de un ser vivo, exige un tratamiento penal que adquiera sentido a partir de su consideración como ser sintiente y, por tanto, protegido en su propia mismidad».

Añade que en el caso examinado «fueron 170 animales fallecidos que no pueden ser degradados a la condición de cosas no individualizables por su propia singularidad». «La cosificación de los animales es contraria al estado de nuestra legislación y a los compartidos valores que forman parte ya de una normalidad sociológica que ve en todo animal un ser sintiente, merecedor del respeto exigible frente a la vida, sea o no humana», subraya.

La Sala de lo Penal precisa que «los hechos se sucedieron en un prolongado paréntesis temporal que culminó en los tres días en los que el juicio histórico sitúa el momento de una agonía colectiva que llevó a la muerte de los animales».

Enfatiza el hecho de que, con anterioridad a ese desenlace, «el encargado de la explotación y de la alimentación de los animales advirtió al acusado de la falta de pienso y del estado de desnutrición de las ocas».

«Los animales no recibieron la regular atención veterinaria que exige el cuidado propio de una granja ecológica. Tampoco dispensó el cuidado indispensable para la supervivencia de las ocas. Fueron, pues, muchas omisiones las que seccionaron la voluntad unitaria de desatender a los animales que custodiaba y explotaba en su granja», zanjan los magistrados.

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Fuente de información: Europa Press

Retiran «temporalmente» el sello de bienestar animal a una granja de pollos portuguesa por maltrato animal

3 Abril 2025

La explotación, que maltrataba pollos hasta la muerte, tiene hasta agosto para solicitar una auditoría extraordinaria para poder recuperar esta categoría. 

Un pollo camina sobre cadáveres de animales en una granja de Coimbra (Portugal).
‘La matanza de Coimbra’, un caso de maltrato de animal en una granja de pollos portuguesa

La granja de pollos portuguesa que comercializa en España y responsable de la llamada masacre de Coimbra ya no tiene sello de bienestar animal. La Fundación ARDE documentó cómo varios operarios maltrataban a estas aves hasta la muerte. Las imágenes que difundió Público mostraban alas dislocadas, cuerpos decapitados o traumatismos, entre otras dolencias y malformaciones.

Esto sucedió en la granja Quinta dos Matinhos, ubicada en el concejo de Figueira da Foz, perteneciente a la región portuguesa de Coimbra. Esta finca contaba con el sello catalán Welfair en Bienestar Animal. Fuentes de esta organización han indicado a este medio que se le ha retirado dicha categoría de manera temporal después de que una auditoría propia confirmara que «hubo una mala actuación».

El sello Welfair realizó una investigación para trazar las imágenes difundidas y su conexión con la granja Quinta dos Matinhos y después se desplazaron al lugar de los hechos. Allí descubrieron que «había una mortalidad alterada«. Es decir, observaron que la cantidad de animales enviados al matadero excedía las cifras habituales.

Con todo, la organización ha decidido quitarle el sello. No obstante, matizan que la granja tiene hasta agosto para solicitar una auditoría extraordinaria. En caso de haber mejorado las condiciones de los animales, Quinta dos Matinhos podría recuperar la categoría Welfair en Bienestar Animal.

Despedidos cuatro trabajadores de la granja

La explotación Quinta dos Matinhos pertenece a Lusiaves, uno de los productores avícolas más importantes de Portugal y que exporta productos a España. La empresa decidió despedir a cuatro de los operarios que aparecen en las imágenes el pasado mes de marzo.

La portavoz de la Fundación ARDE, Julia Elizalde, celebra que la firma haya reculado y recuerda a este diario que Lusiaves «hablaba de imágenes falsas y realizó justificaciones absurdas» con la intención de huir del escándalo. 

«Podemos entender que son buenas noticias», valora Elizalde. «Aunque también es un cesto con manzanas podridas«. La portavoz de ARDE considera que «es un oxímoron hablar de bienestar animal en una granja. No hay una forma ética de matarlos».

Elizalde también señala a este medio que varios extrabajadores de la granja han dado su testimonio en varios medios portugueses. De acuerdo con estos relatos, no se trataría de un caso aislado, sino que eran prácticas recurrentes y seguían órdenes de sus superiores. Desde Welfair indican que la investigación realizada por sus responsables no puede confirmar ni desmentir este hecho. No obstante, reiteran que el bienestar animal es la prioridad de los responsables del sello.

La fundación ARDE llevó a cabo la campaña de difusión de imágenes en colaboración con la ONG portuguesa Frente Animal. La entidad reclama a Lusiaves que adopte el Compromiso Europeo del Pollo. Este exige cumplir una serie de criterios que garanticen el bienestar animal de estas aves en las granjas de engorde. Entre ellos, auditorías de terceros, así como legislación y reglamentación de la UE en esta materia.

Por su parte, ARDE defiende la eliminación de imágenes de animales felices en campos de los envases cárnicos, el fin de los sellos de bienestar animal y el aumento de la oferta de productos vegetales. «Exigimos a los supermercados españoles que dejen de engañar a los consumidores para tapar las vergüenzas de la industria cárnica», concluye Elizalde.

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Fuente de Información: Público.es