Maltrato en una macrogranja de pollos en Alemania

Pollos agonizando y golpes: un grupo animalista muestra imágenes de una macrogranja que provee a Lidl Alemania

El centro está situado en Alemania y vinculado a un proveedor de la cadena de supermercados en ese mismo país, según Equalia, que pide un compromiso para acabar con las “prácticas más crueles.

25 octubre 2022

La organización animalista Equalia ha publicado este martes imágenes de una macrogranja de pollos en Alemania —vinculada a un proveedor de la cadena de supermercados Lidl en ese mismo país, según la ONG— y ha denunciado prácticas como la manipulación de los animales con violencia y el crecimiento de las aves con graves deformidades.

El vídeo está grabado en una macrogranja ubicada en Alemania, pero no se detalla cuál es su localización concreta. Según la ONG animalista, los operarios sacrifican a las aves a golpes e incluso uno de ellos orina al lado de los pollos que se crían allí. También se pueden ver animales agonizando.

Decenas de ONG europeas piden el fin de las “prácticas más crueles” de la producción y que la cadena de supermercados Lidl se adhiera al Compromiso Europeo del Pollo, que busca que en el año 2026 se cumplan todas las leyes y regulaciones de la UE en materia de bienestar animal, independientemente del país de producción.

Entre otros compromisos, recoge mejoras en sus condiciones ambientales y de alimentación —que las aves estén menos hacinadas, tengan al menos “dos metros de espacio de percha utilizable” y se eviten las jaulas— y que se cambien los métodos de aturdimiento antes del sacrificio.

Fuente de información: elDiario.es

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Detienen a 58 personas por criar codornices invasoras en macrogranjas y soltarlas en cacerías privadas

En menos de tres años 560.000 ejemplares de codorniz japonesa han sido empleados en cacerías. Es una especie exótica más pesada y fácil de matar.

27 septiembre 2022

Trucar una cacería es una práctica muy arraigada en España: se crían y sueltan animales en masa para que sea fácil matarlos sin demasiado esfuerzo ni puntería. Si, además, la especie que se cría y suelta es invasora, se redobla el daño que se causa a esa misma naturaleza que tanto dicen amar ciertos cazadores. Esa cría y suelta ilegal es justo contra la que apunta la operación Guatlla, un trabajo de dos años tras los que la Guardia Civil ha detenido a 58 personas.

Agentes del Seprona han llevado a cabo actuaciones en varias empresas productoras de codorniz, intermediarios y cotos de caza, realizando más de 114 inspecciones durante las que tomaron más de 300 muestras biológicas con el fin de certificar a través del ADN que se trataba de la especie invasora. Cerca del 90% de las muestras fueron positivas, dando como resultado que se trataban de especímenes de codorniz japonesa o híbridos de la misma, informa la Guardia Civil en una nota de prensa.

Durante la operación, desarrollada durante dos años, se ha conseguido demostrar la comercialización por parte de diversas empresas de ejemplares pertenecientes a la especie codorniz japonesa (Coturnix japonica).

Si bien su cría y comercialización está permitida para la venta destinada al consumo humano, se ha descubierto que estas empresas disponían de una línea paralela de producción cuyo destino era la suelta y liberación en cotos de caza y cotos de caza intensivos durante las actividades cinegéticas, actividad prohibida al tratarse de una especie exótica invasora.

Codornices de bajo vuelo

Sólo durante el periodo transcurrido entre enero de 2019 y septiembre de 2021, se ha podido acreditar que habrían sido comercializados más de 560.000 especímenes de codorniz criadas en las empresas investigadas, cuyo destino final sería la suelta y liberación en el medio natural con fines cinegéticos.

La especie autóctona de la codorniz común (Coturnix coturnix) es muy apreciada para la actividad cinegética. Sin embargo la codorniz japonesa, especie comercializada y distribuida por estas empresas en todo el territorio nacional, resulta ser hasta 10 veces más productiva y con características morfológicas muy parecidas, si bien se comportan de forma muy distinta en el medio, siendo estas más pesadas y con menos movilidad y, por tanto, más fáciles de cazar.

Ingeniería genética y ADN

Las principales empresas productoras de codornices tenían un verdadero departamento de I + D en el que favorecían la hibridación de especies para que no fueran detectadas por los compradores, lo que podría suponer además un fraude a los consumidores quienes creían que adquirían la codorniz nacional.

Las actividades de liberación y suelta con fines cinegéticos, para las que las empresas productoras vendían las aves, suponen que una parte de los especímenes de codorniz japonesa sobrevivan y, por sus condiciones, se adapten al medio natural. La codorniz japonesa (Coturnix japonica) compite de forma directa con la codorniz común (Coturnix coturnix), especie autóctona que se encuentra distribuida de forma natural, y en serio declive, en todo el territorio nacional español.

El resultado de la suelta e introducción sin control de la codorniz japonesa es, que se ha podido observar la hibridación natural entre la codorniz japonesa y la codorniz común, lo que podría llevar a la desaparición de la especie autóctona.

Esta introducción al medio natural provoca un impacto ecológico, con la consiguiente pérdida de patrimonio genético, así como la competencia que se genera con la especie nativa a la que desplaza del medio natural.

Competencia entre especies

Es la primera operación en la que se investiga desde el ámbito penal una actividad relacionada con la liberación de especies exóticas invasoras en la que se produce esta competencia entre especies, actividad que además ha venido desarrollándose de manera deliberada y prolongada en el tiempo durante los últimos años.

Esta operación ha sido coordinada por la Fiscalía de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía General del Estado. Las diligencias han sido entregadas en los Juzgados de Instrucción nº1 de Lleida y nº 2 de Cervera (Lleida).

Los agentes han contado con la colaboración de la Fiscalía Provincial de Lleida y el Laboratorio Nacional de Veterinaria dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para el análisis de las muestras genéticas, así como con el asesoramiento y apoyo de inspectores de la Dirección General de Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica y Reto demográfico.

Fuente de información: ElDiario.es

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ADDA influye, después de 9 años, en la instalación “obligatoria de videovigilancia en los mataderos”

21 agosto 2022

El Consejo de Ministros, y por iniciativa del Ministro de Consumo, Alberto Garzón,  finalmente ha aprobado un Real Decreto por el cual se establece la instalación obligatoria de cámaras de videovigilancia en todos los mataderos españoles, para garantizar el control del bienestar de los animales. Una vez sea publicado en el BOE (Boletín Oficial del Estado) los mataderos tendrán un año para adaptarse a las nuevas medidas y los mataderos pequeños dos años.

Las cámaras de videovigilancia deberán filmar las zonas de los mataderos en donde se encuentran los animales: zonas de carga y descarga, los pasillos de conducción y las zonas en donde son aturdidos y matados posteriormente. Referente a las aves y cerdos, este proceso se deberá filmar en su totalidad para controlar que, realmente, el aturdimiento se haya realizado.

Las filmaciones se tendrán que guardar durante un mes y estarán disponibles para el control correspondiente de cada comunidad autónoma.

La única parte del proceso que no se tendrá que filmar obligatoriamente, será el momento de espera de los animales dentro de los camiones cuando llegan a los mataderos, antes de que sean descargados.  No obstante, los mataderos deberán contabilizar este tiempo de espera.

Ong ADDA ante la opacidad de lo que sucede en el interior de los mataderos, en el 2013 inició una petición bajo el titular:  Si no hay nada que ocultar… ¡QUE NO SE OCULTE NADA!  dirigida al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, y a los responsables en materia de todas las Comunidades autónomas la aprobación de una normativa a nivel nacional para que fuera obligatorio la instalación de un sistema de videovigilancia en todos los mataderos españoles. Como medida preventiva para evitar irregularidades, malas prácticas hacia los animales y garantizar los aturdimientos legales.

A la petición se sumó, un largo recorrido de recogida de firmas, escritos a las autonomías españolas, y entre otras acciones, a los Diputados/as del Congreso, facilitando “el Libro Blanco” editado por ADDA.

Ong ADDA, ha visto compensados sus años de esfuerzo en el intento de mejorar el bienestar de los animales destinados a la cadena alimentaria.

Catalunya permitirá a las granjas de cerdos verter purines más cerca de viviendas y depósitos de agua

La Generalitat prevé relajar las exigencias medioambientales sobre gestión de residuos animales que implementó en 2019 para los ganaderos.

18 julio 2022

El Govern catalán permitirá que los ganaderos puedan almacenar, tratar y verter purines más cerca de domicilios, centros de trabajo y puntos de captación de agua. Así lo prevé una modificación del actual decreto de deyecciones ganaderas que está en fase de información y que previsiblemente se aprobará después del verano.

Los purines son una mezcla altamente contaminante de heces, orina y resto de comida que producen los animales. Tienen un alto nivel de nitrógeno que les permite ser utilizados como fertilizantes orgánicos. Estos residuos, sin embargo, también generan problemas por sus malos olores y porque al filtrarse en la tierra acaban contaminando las aguas subterráneas. También contaminan la atmósfera por las emisiones de amoníaco.

Actualmente, las plantas de almacenaje de purines de cerdo deben guardar una distancia de 750 metros respecto a núcleos de población, viviendas aisladas, polígonos industriales y centros de trabajo no agrario. En el documento que propone la modificación del decreto, la Generalitat señala que esta distancia es “excesiva” e imposibilita que en muchas zonas de Catalunya se puedan instalar plantas de tratamiento y almacenaje de este residuo.

La propuesta prevé reducir esos 750 metros de distancia de las plantas de purines a solo 400 metros de núcleos de población, casas aisladas y centros de trabajo. Otra de las opciones planteadas en la documentación implicaría una distancia de 500 metros para núcleos habitados, 400 metros para viviendas aisladas y 300 metros para los centros de trabajo. Para las deyecciones que no sean de cerdo se prevé una distancia mínima de entre 250 metros (naves industriales) y 400 metros (núcleos de población).

Catalunya fue en 2019 pionera a la hora de establecer distancias mínimas entre estas plantas y los municipios. Tres años después, apuesta por relajar las exigencias medioambientales en su normativa modificando el anexo del decreto de gestión de deyecciones ganaderas.

Desde el Departament d’Acció Climàtica creen que rebajando las distancias requeridas fomentarán la instalación de más y mejores plantas para tratar los purines y favorecerán el uso de abonos orgánicos. “Para nosotros, las deyecciones ganaderas nunca han sido un residuo, sino un fertilizante”, señala en conversación telefónica Neus Ferrete, subdirectora de Ganadería de la Generalitat.

“Si tenemos distancias de seguridad muy garantistas, muy prudentes, estamos dejando una parte de los campos sin que pueda llegar fertilizante orgánico, que es más beneficioso que el fertilizante mineral”, remacha Ferrete, que insiste en que la modificación de la normativa en ningún caso supone un paso atrás. “Al revés, es un paso adelante”, sostiene.

Vertidos más cerca de pozos de agua

La modificación no solo afectará a las plantas de almacenaje de residuos animales. También prevé reducir la distancia de seguridad cuando se viertan purines para usarlos como abono en campos cercanos a puntos de captación de agua y núcleos de población.

La Generalitat prevé una reducción considerable de esta distancia de seguridad respecto a los puntos de agua potable, a pesar de que el propio Govern admite que el 83% de las masas de agua subterránea en Catalunya tienen un exceso de nitratos por culpa de los purines y de los fertilizantes agrícolas.

Actualmente se debe guardar una distancia de entre 100 y 300 metros respecto a estos pozos de agua subterránea y núcleos de población, en función de si se aplican los purines directamente a la tierra o se hace con un sistema de tubos al nivel del suelo.

La Generalitat prevé reducir esta distancia a solo 75 metros respecto a puntos de captación de agua subterránea para todos los supuestos, sin distinguir la manera de aplicar los purines. También prevé una reducción similar de la distancia respecto a viviendas aisladas (25 metros) y polígonos industriales (75 metros). En el caso de otros fertilizantes animales que no provengan del cerdo también se reducirán las distancias requeridas.

De las 12 “zonas vulnerables” de agua subterránea identificadas por la Generalitat, solo tres mejoraron su percentil de nitratos entre 2019 y 2020. En el resto de puntos la contaminación aumentó con la excepción de una de las zonas, cuyo índice se mantuvo estable. Esto supone que, en algunas comarcas con alta concentración de granjas como Osona, en algunos momentos más del 40% de las fuentes públicas hayan tenido que colgar un cartel de “agua no potable”.

“No plantearía la nueva normativa como una mejora [de las aguas subterráneas] sino que no afectará negativamente”, responde Ferrete, la subdirectora de Ganadería. “No podemos dejar de fertilizar los campos, ahora parece una tontería pero la situación puede cambiar de un día para otro”, añade, en referencia a una posible falta de materias primas por la guerra de Ucrania. “Tenemos que intentar que la superficie rinda al máximo cumpliendo la normativa, preservando el medio ambiente e intentar ser autosuficientes en materia alimentaria”.

La propuesta de la conselleria liderada por Teresa Jordà (ERC) también contempla una lista de 60 municipios de montaña en los que se establecerá una distancia de solo cinco metros entre el municipio y los campos en los que se viertan purines como abono. Los municipios están en las comarcas del Alt Urgell, Alta Ribagorça, Berguedà, Cerdanya, Pallars Jussà, Pallars Sobirà, Solsonès y Vall d’Aran.

“Son medidas que benefician a la industria y perjudican al medio natural y a los acuíferos”, señala Jordi Gisbert, miembro de la organización animalista ADDA contra la cría intensiva de animales. “Lo que debería hacer el Govern es plantear cómo reducir la cabana porcina en Catalunya”. Según el Instituto de Estadística de Catalunya, en 2020 hubo más de 8 millones de cerdos en la comunidad.

El Govern también prevé modificar a la baja los índices de generación de purines previstos para cada cerdo. Prevé reducir el coeficiente actual de 2,15 metros cúbicos por cerdo hasta 1 metro cúbico. Ferrete explica que, tras analizarlo en 250 granjas durante un año, han llegado a la conclusión de que el valor actual no se ajusta a la realidad debido a los avances técnicos en la gestión de estos residuos. Precisa, sin embargo, que esta modificación no permitirá aumentar la cabana porcina a las granjas.

Fuente de información: elDiario.es

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ADDA denuncia que la Generalitat permita verter purines más cerca de casas

12 julio 2022

La Asociación Defensa Derechos Animal (ADDA) ha denunciado este martes que la Generalitat permitirá el vertido de purines de animales más cerca de casas, núcleos urbanos, centros de trabajo y pozos de agua potable para su aplicación en los campos.

Según ha informado la asociación, esta nueva medida, que se llevará a cabo con la modificación de tres artículos del Decreto de Deyecciones Ganaderas, «promueve unos cambios que podrían tener efectos desastrosos para el entorno y la salud humana».

En concreto, esta modificación prevé reducir de 750 a 400 metros la distancia de estercoleros respecto a viviendas, centros de trabajo y áreas de ocio y aplicar purines en los campos situados entre 5 y 75 metros de un casco urbano o a una distancia de entre 50 y 75 metros de puntos de captación de agua potable.

Cataluña tiene actualmente un 41 % de los cursos de agua subterráneos contaminados por nitratos, una alteración que en más de la mitad de los casos proviene de la actividad agrícola y ganadera industrial.

«Los purines son compuestos orgánicos que se filtran al subsuelo y que en contacto con el aire generan amoníaco y emisiones de gases de efecto invernadero que abundan en Cataluña por la concentración, ya crónica, de instalaciones de cría intensiva de animales para la producción de carne, leche o huevos», ha criticado la ADDA.

«Lejos de buscar soluciones, la Generalitat sigue concediendo ampliaciones y nuevas autorizaciones de macrogranjas cada año, algo que amenaza espacios naturales como la Segarra (Lleida) o puntos del Moianès (Barcelona)», ha añadido. EFE

Fuente de información: La Vanguardia

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El Papa Francisco también pide “consumir menos carne” para salvar el planeta

En un mensaje a jóvenes europeos, Francisco ha dicho: “Si no consiguen darle la vuelta a esta tendencia autodestructiva, será difícil que otros lo hagan en el futuro”

11 julio 2022

El Papa de la ecología integral lo volvió a hacer. Tras la publicación en 2015 de ‘Laudato si’, esa encíclica social en la que sentó las bases de la “ecología integral” y que es citada (mucho) y leída (menos) por los políticos de todo el mundo, Francisco volvió a mostrar su conciencia de la crisis ambiental de la humanidad y su constante apertura a gestos cada vez más concretos para salvar la Tierra.

En un mensaje a jóvenes europeos, fue claro y directo: “sería conveniente consumir menos carne” para ayudar al ambiente, les dijo, en una nueva vuelta de tuerca a pedidos ya considerados de base en el Papa, como el de reducir también el uso de combustibles fósiles.

“Es urgente reducir el consumo no sólo de combustibles fósiles, sino también de muchas cosas superfluas; e igualmente, en ciertas zonas del mundo, sería conveniente consumir menos carne, esto también puede ayudar a salvar el medio ambiente”, planteó el pontífice en un mensaje enviado a una conferencia de jóvenes de la Unión Europea que inició hoy en Praga y se extenderá hasta el miércoles.

En 2015, el Papa publicó la encíclica Laudato si’, en la que plantea el concepto de “ecología integral” y considerada uno de los escritos más importantes sobre el tema de los últimos años. La conferencia sobre el clima de París, ese año, tuvo a la encíclica como uno de los grandes impulsos para poder llegar a acuerdos que, más allá del incumplimiento posterior, resultarno también históricos.

En su mensaje, el pontífice destacó a los jóvenes que “mientras las generaciones anteriores hablaban mucho y concluían poco, ustedes, en cambio, son capaces de tomar iniciativas concretas”.

“Por eso digo que este momento puede ser el adecuado. Si no consiguen darle la vuelta a esta tendencia autodestructiva, será difícil que otros lo hagan en el futuro”, los convocó.

Habitar el mundo “con dignidad”

“No se dejen seducir por las sirenas que proponen una vida de lujo reservada a una pequeña porción del mundo, ojalá que tengan ojos grandes para ver al resto de la humanidad en su conjunto, que no se reduce a la pequeña Europa; que aspiren a una vida digna y sobria, sin lujos ni derroches, para que todos puedan habitar el mundo con dignidad”, pidió Francisco.

La semana pasada, de hecho, monseñor Gabriele Giordano Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, entregó al Secretario General de las Naciones Unidas el documento por el que la Santa Sede, en nombre y representación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se adhiere a la Convención Marco de la ONU sobre el cambio climático.

El Papa también llamó a los jóvenes europeos a “no dejarse arrastrar por ideologías miopes que quieren mostraros al otro, al que es diferente, como un enemigo”.

Fuente de información: Eldiario.es

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¿Es cruel con las vacas la producción de leche?

La leche de vaca está cada vez más cuestionada por el trato que reciben estos animales en su elaboración. ¿Contribuimos al maltrato con el café de la mañana? Así están las cosas en España, donde la ganadería intensiva domina el sector.

21 junio 2022

Los seres humanos somos los únicos mamíferos que beben leche tras el periodo de lactancia. Este hecho no significa mucho en sí mismo -tampoco hay otros mamíferos que coman paella o jueguen en la Nintendo al Mario Kart-, pero nuestro empecinamiento lácteo nos obliga a extraerla, casi siempre, de las vacas. ¿Cómo se trata a estos animales en el proceso? Muchas voces críticas nos recuerdan la crueldad de separar a las vacas de sus crías al poco tiempo de nacer, denuncian prácticas dolorosas como la extracción de cuernos o subrayan el largo tiempo que pasan las bestias amontonadas dentro de los establos. Desde la industria defienden sus métodos de producción, y hay marcas que lucen sellos de “bienestar animal”. ¿Podemos tomarnos un café con leche de vaca con la conciencia tranquila? ¿O somos cómplices del maltrato animal?

El tamaño medio de las explotaciones españolas fue de 64 vacas de ordeño en 2020, un 24% más que en 2016, cuando la media era de 51 ejemplares, según un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Este incremento progresivo del tamaño de las granjas se enmarca en un sistema productivo dominante en el que estos animales no están libres en inmensos prados verdes como los de Heidi: “Explotaciones extensivas de leche en España no hay. Ninguna. Lo que puede haber son explotaciones semiextensivas, en las que salen un rato a pastar pero no están sueltas por el monte, entre otras cosas porque hay que ordeñarlas dos veces al día”, explica Pol Llonch, investigador en bienestar animal en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Requisitos para que la vaca esté feliz

El proyecto Welfare Quality, con financiación europea y que se desarrolló entre 2004 y 2009, reunió a más 40 instituciones de 17 países para investigar sobre el bienestar animal. Uno de los participantes fue Antonio Velarde, jefe del programa que estudia este tema en el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), que cuenta que la conclusión a la que se llegó fue que éste es un concepto multidimensional que reúne cuatro principios básicos que lo garantizan: una buena alimentación, un buen alojamiento, una buena salud y un comportamiento apropiado.

“Buena alimentación, es decir, que no pasen hambre, que tengan acceso a la comida y agua tanto en cantidad como calidad. Cuando hablamos del alojamiento, nos referimos al confort térmico y de descanso o que se puedan mover adecuadamente. Sobre la salud, que no tengan enfermedades, cojeras o lesiones, y luego, que el comportamiento sea el concreto de cada especie”, comenta Velarde en líneas generales.

Si toda la ganadería lechera es intensiva, ¿no hay bienestar animal?

En este tema lácteo, el que los animales tengan buenas condiciones de vida depende del punto de vista desde el que se mire. Jordi Gispert, responsable de comunicación de la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA), lo tiene claro: “Hay que diferenciar muy bien entre la ganadería extensiva, que respeta los ritmos biológicos, y las explotaciones industriales, que son aberrantes para las vacas y el medio natural”.

En su opinión, bienestar animal es un concepto que sirve “de lavado verde” para muchas granjas: “¿Cómo se puede hablar de ello cuando una vaca está encerrada en dos metros cuadrados siendo un mamífero tan grande, forzada a inseminaciones artificiales, a ser vista como un mero producto sin acceso siquiera en muchas ocasiones a pastos, alimentada con productos fabricados, sin movilidad y sin llevar su ritmo de vida natural?”, se pregunta Gispert, que dibuja un escenario muy similar al que aparece en el documental Vaca, de la cineasta Andrea Arnold.

Por contra, el investigador Pol Llonch afirma que es compatible el bienestar animal con la producción intensiva lechera: “Es verdad que este sistema conlleva algunos retos como el manejo de procesos dolorosos o la limitación de algunas conductas naturales como el pastar. Pero también es cierto que hay otros aspectos que, por lo general, mejoran la calidad de vida si los comparamos con el ganado en extensivo”. Aunque a priori esto último suene contradictorio , Pol pone como ejemplo el control de la salud de estas vacas, “que es muy riguroso, constante y detallado, por lo que se conoce pronto si tienen algún problema y se puede actuar así a tiempo”. “También se les proporciona el alimento adecuado según sus necesidades, que en condiciones extensivas o medio salvajes no tienen”, añade este científico.

¿El número de vacas de una ganadería influye?

“No puede haber en unas naves 8.000 animales sin que esto sea perjudicial para ellos y para la salud pública. Absolutamente imposible. Pueden poner mil excusas, pero no es posible”, asevera Jordi Gispert desde ADDA. En España, en 2018 había 2.602 explotaciones con más de 126 vacas, el 19% del total, de las que 115 tenían más de 626 cabezas de ganado lechero, según un informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

“Para otros temas sí puede tener que ver, pero las condiciones de bienestar es posible que se den tanto en una grande como en una pequeña”, dice Antonio Velarde, que añade: “Puedes tener mejores condiciones en una explotación novísima, con personal formado, sistemas de aspersores y robots para que las vacas sean ordeñadas cuando quieran, que en una menor y antigua, donde no se ha hecho la inversión necesaria y el ganadero no está formado”.

“Aunque es verdad que hay otros retos, como el ambiental, con la concentración de purines, que se deberían tener en cuenta”, afirma Pol Llonch. Esta es una de las críticas más habituales que se les hace a las macrogranjas: la contaminación que conlleva su funcionamiento. La cooperativa Valle de Odieta tiene en El Caparroso (Navarra) una de las explotaciones lecheras más grandes de España, con 4.700 vacas de ordeño, y un proyecto aún en ciernes en Noviercas (Soria) que sería la mayor de Europa, con 23.000 cabezas. Esto ha provocado que organizaciones ecologistas como Greenpeace se opongan a estas instalaciones por su impacto medioambiental, aunque desde la entidad navarra aseguran que cumplen con la normativa y que cuentan incluso con una planta de biogás para minimizar la emisión de gases.

Vacas sin cuernos, sin crías y preñadas

Volviendo al bienestar animal, en la producción de leche se dan tres prácticas que generan mucha controversia: el descornado o desmochado, la separación de la madre y su cría y el número de gestaciones. Cada una tiene sentido dentro del sistema de producción intensiva de leche, aunque ello no impide que haya organizaciones que señalen que son prescindibles y perjudiciales para el ganado.

“Las tres son prácticas básicas del maltrato. No somos conscientes de lo que conlleva el corte de los cuernos y la de problemas físicos y de conducta que provoca a lo largo de toda su vida”, opina Jordi Gispert. “El descornado -o desmochado, si se extrae el botón germinal- puede ser doloroso para el animal en el momento, pero luego es beneficioso porque la vaca que tiene cuernos, si está estabulada en un corral es mucho más probable que sirvan para dañar a otros animales”, apunta Pol Llonch.

Asimismo, en ADDA piensan que la separación cría-madre es antinatural: “Se lo quitan al poco de parir cuando hay un periodo de lactancia en el caso de los terneros de muchos meses. Sufren un aislamiento total que les produce un estrés absoluto”, declara su responsable de comunicación. El investigador Pol Llonch lo ve diferente: “Aquí ocurren dos cosas: si se mantiene al ternero con la vaca, se queda con la leche que el ganadero vendería, por tanto la producción sería menor; y por otro lado, no está comprobado que una separación tardía sea mejor para el bienestar”.

Y en cuanto a la última de las prácticas mencionadas, el investigador de la UAB señala que, por lo general, hay una media de entre dos y medio y tres gestaciones por vaca; una cifra superior en la ganadería extensiva, ya que ésta se relaciona con la producción de carne, y ahí los animales viven más años.

¿Los sellos y certificaciones son la solución?

A partir de las conclusiones y protocolos surgidos del ya mencionado proyecto Welfare Quality y de otros posteriores como el Awin, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER) y el IRTA presentaron en 2019 el sello de bienestar animal Welfair, que hoy día certifican empresas como AENOR. Antonio Velarde, del IRTA, explica que el sistema de evaluación para la concesión del mismo establece unos criterios que miran al animal: “Al final el bienestar no lo tiene la instalación o el manejo, sino la vaca o el cerdo, y son ellos quienes te dicen si están bien o no”. Así, según Velarde este certificado se basa en parámetros como el tiempo que tarda un animal en tumbarse, “que es importante porque te dice si en los cubículos donde descansa es cómodo o no”, si tiene sensación de calor o de frío o jadea, si presenta cojeras o lesiones o el grado de suciedad, por ejemplo.

Para que una granja esté certificada debe cumplir con la legislación vigente y con los criterios fijados. Si quiere lucir el sello Welfair, además de eso la industria envasadora de leche debe demostrar el origen del producto. Una distinción con la que se muestran escépticos organizaciones como la OCU, que critica que no se observen aspectos como “las instalaciones, la densidad o la temperatura”, o el propio Jordi Gispert, que entiende “que al final las certificadoras quieren hacer negocio, y por tanto con unos mínimos les darán el sello para que las empresas les paguen”.

El investigador veterinario Pol Llonch opina que este sello y otros parecidos suponen un incremento en los requisitos de bienestar de las explotaciones, aunque “hay cosas que se escapan de esta certificación con aspectos que no se tienen en cuenta o por la propia naturaleza del mismo, ya que se hace una evaluación al año”. Para la concesión del Welfair el auditor valora si se cumplen los criterios durante unas siete horas de media; en el caso de las granjas que ya lo tienen, se revisa de forma anual para la renovación o revocación del certificado.

“La asignatura pendiente es conseguir sistemas que permitan un control más continuado y que no solo sean un día nada más. Al final, el sector lácteo es en el que más impacto tiene el bienestar animal en la productividad”, concluye Pol Llonch. “La idea es que sea un protocolo vivo, y cuando se identifiquen y desarrollen nuevas medidas se puedan implementar”, comenta Antonio Velarde, uno de los científicos que participan en un proyecto en el que entidades públicas fijan los criterios que luego comprueban empresas privadas. Las vacas, mientras tanto, seguirán dando leche para que puedas echársela al café de la mañana.

Fuente de información: Elcomidista.elpais.com

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